20 ene 2016

UN PAÍS (in)CULTO

Muchos dicen que vivimos en un país inculto, otros dicen que no es así. A mi opinión digo que sí somos un país inculto, pero la buena noticia es que lo podemos cambiar. 

Quiero aclarar que por inculto no me refiero a que no haya cultura en el país (ahora aclaro a lo que me refiero). La RAE da varias definiciones a esta palabra y una de ellas es: "De modales rústicos o groseros".

Tomando esa definición como base, digo que vivimos en un país inculto. Un país en donde los modales, el respeto y la conducta son primitivos. En donde el común denominador de los habitantes es un "sálvese quien pueda" y la puntualidad, la tolerancia, el respeto hacia los demás, la honestidad, honradez y ser integro pasan a niveles secundarios de la lista de conductas personales.

Es más fácil "echar camión" en el tráfico porque tengo un carro más grande o más nuevo y en donde la bocina es la manera en que nos maltratamos. Somos parte de un país en donde "doy paja" de llegar tarde al trabajo, a la reunión con mis cuates o cualquier lugar donde pueda aplicar "la hora chapina" porque es más importante mi tiempo que en de los demás.

Un país en donde maltrato, critico, juzgo, exijo pero nunca aporto, ayudo o doy porque "ese cambio" depende de otros que están mal. Yo estoy bien, yo únicamente exploto cuando "¡ah huevos! Si me llevaron al limite (o cualquier otra "razón" que nos adormece dando una equivoca razón a estallar) ".

Un país inculto está condenado a seguir así mientras su mayoría sea gente inculta. (Que miente, engaña, es intolerable, no aporta, estafa, "de modales rústicos y groseros".

Tenemos un país muy talega como para cagarla siendo espectadores. 



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