
Todo sucede por una razón, nada ocurre por accidente, toda causa tiene un efecto correspondiente. Para triunfar y no ser del promedio es importante elegir desde un principio tus metas y con base en ellas determinar las conductas que te lleven a alcanzarlas.
¿Qué sentirías si alguien te dijera que eres un estudiante promedio, un empleado promedio, un padre o madre promedio, un(a) esposo (a) promedio? Seguramente no te agradaría. A ningún triunfador le gusta estar dentro de ese rango. Una vez leí que promedio es: Lo mejor de lo peor, y lo peor de lo mejor. Personalmente creo que promedio significa que estoy en PRO de la MEDIOcridad. Esa es una palabra muy fuerte y es obvio que a nadie le gusta ser mediocre. Pero para ser una persona exitosa no basta con que esta frase te de un mal sabor de boca, debes hacer algo mas. ¿Qué hacer para no ser del promedio? Pues la respuesta es muy sencilla, es hacer aquello que la mayoría de personas no hace, o en otras palabras es dar la milla extra.
Es indispensable identificar (lo antes posible) a dónde se quiere llegar, para que toda acción se encamine hacia el objetivo que se pretende. El pensamiento y el deseo deben guiar la forma de actuar de cada uno. Si se tiene una dirección establecida es imposible perderse, tarde o temprano se llegara a la meta, pero para que esto suceda, es indispensable tener claro lo que se quiere hacer, de lo contrario, será como caminar en un laberinto sin salida.
Debes aprender a actuar con la actitud de dar lo mejor de ti. Aprender no es crear o inventar, es entender y apreciar algo que siempre ha estado presente, pero que la ignorancia impedía ver.
Recuerda que la tenacidad y la persistencia son dos piezas que siempre deben acompañar a un triunfador.
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